TRASTORNO POR DÉFICIT DE ATENCIÓN E HIPERACTIVIDAD
(TDAH)
El trastorno por déficit de atención /hiperactividad (TDAH), ha sido estudiado por diferentes disciplinas y cada una lo define de forma diferente. La biología lo considera un trastorno cerebral de orden biológico, debido a factores genéticos que por influencia de aspectos ambientales provocan alteraciones cerebrales y cognitivas básicas (Cabrera y González, 2017). García y colaboradores presentan el concepto que manejan los pediatras: Es un trastorno cognitivo-conductual con una base genética y neurobiológica (neuroanatómica, neuroquímica y neuropsicológica) bien establecida y una sintomatología clínica muy heterogénea aunque identificable a través de unos síntomas nucleares de inatención, hiperactividad e impulsividad (García, Blasco-Fontecilla, Huete, y Sabaté, 2015, p. 75). Por otra parte, la medicina lo incluye entre las enfermedades mentales como un patrón persistente de inatención y/o hiperactividad- impulsividad que interfiere con el funcionamiento o el desarrollo de la persona.
La
inatención se manifiesta conductualmente en el TDAH como desviaciones en las
tareas y falta de comprensión. La hiperactividad se refiere a una actividad
motora excesiva (como un niño que corretea) cuando no es apropiado, o juguetea,
golpea o demuestra una locuacidad excesiva. La impulsividad se refiere a
acciones apresuradas que se producen en el momento, sin reflexión y que crean
un gran riesgo de dañar al individuo. Los comportamientos impulsivos pueden manifestarse
como una tendencia a inmiscuirse socialmente y tomar decisiones importantes sin
tener en cuenta las consecuencias a largo plazo. (DSM-V, 2014, como se citó en
Cabrera y González, 2017).
Para la
psicología y la educación, se trata de un trastorno conductual, un problema de
comportamiento, que siempre estuvo presente pero que recibía otras
denominaciones, referidas siempre a esas tres características del
comportamiento: inatención, hiperactividad e impulsividad.
Así que para
nuestro interés, el TDAH es un trastorno de carácter neurobiológico ,
en donde la corteza cerebral, los lóbulos frontal y temporal (juega
un papel clave, en la memoria, pensamiento, lenguaje, control de conductas, la
atención ) se desarrolla mucho más despacio , esta parte del cerebro
es más pequeño, en comparación con los niños que no tienen el TDAH,
siendo así que el cerebro de estos angelitos trabajan de manera diferente
al resto, las redes de obstruir las distracciones están alteradas y las
conexiones de estas redes están interrumpidas. Ocasionando que el niño se
distraiga de manera frecuente y con mayor duración a otros niños.
El déficit de atención puede ser con hiperactividad o sin ella, con
impulsividad o sin ella. La hiperactividad puede ser sin déficit de
atención, dependiendo el caso. En muchas ocasiones se tiene todo el trastorno
completo.
También está asociado con otros trastornos como la ansiedad, la depresión, el asperger, etc.
Es fundamental para el diagnóstico del TDAH evaluar que estos síntomas nucleares que hemos comentado (déficit
de atención, hiperactividad e impulsividad) se presenten:
1. Desde una edad temprana: antes de los 12 años.
2. Con una intensidad y
frecuencia superior a la normal para la edad y la
etapa de desarrollo del niño.
3. Que deterioren o interfieran de forma significativa en el
rendimiento del niño en
dos o más de los ámbitos de su vida: escolar o laboral, familiar y social.
4. No ser causados por otro problema médico,
un tóxico, una droga u otro problema psiquiátrico.
Pese a que pueda existir sospecha clínica en niños de menos de 6 años el
diagnóstico de TDAH requiere haber superado esta edad. Además, es frecuente
que el TDAH se muestra en los niños cuando están empezando la educación primaria, coincidiendo con
dificultades en el rendimiento escolar y la presentación de disfunciones
sociales.
El TDAH es un trastorno que padece entre un 2% y un 5% de la población infanto-juvenil. A nivel escolar se estima que en una clase de 30 alumnos entre uno y dos estudiantes tienen TDAH.
Este trastorno es crónico y comienza a revelarse antes de los 7 años.
Además es más frecuente en los niños que en las niñas. Por cada cuatro niños
con TDAH, una niña la tiene, según los datos de la Federación Española de
Asociaciones de Ayuda al Déficit de Atención e Hiperactividad.
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